23 días entrenando la Resiliencia: Día 1, la llegada a Kuala Lumpur fue una cagada

Las cosas en este viaje no empezaron nada bien. Al aterrizar en Kuala Lumpur, Malasia 🇲🇾 y pasar por migración, a José Miguel alias @lavidafreelance lo detuvieron en migración por 40 minutos en los que sinceramente perdí la paciencia pasados los 10 minutos. Todo porque su pasaporte tiene una prórroga y para países normales, les es difícil entender ese disparate que tenemos.

En ese momento no sabía qué hacer, él no tenía nada de señal y yo muy asustada le enviaba mensajes esperando a que en cualquier momento los recibiera. Después de esa espera tan larga (primera vez que nos sucede), al verlo salir fue un gran alivio y solo pude quebrarme en llanto, porque tenía miedo que lo devolvieran y yo ya había pasado sin problema, quien ha pasado por esa situación creo que podrá entenderme mejor.

El hospedaje en Kuala Lumpur no era lo que esperaba

La noche en la que llegué a mi hospedaje en, Kuala Lumpur, Malasia, les juro que fue un bajón horrible, el hospedaje no era realmente lo que se veía en el anuncio. De hecho, cuando quise constatar que estuviese todo tal cual el anuncio, el host había eliminado las fotos de muestra que tenía de la casa por dentro y solo dejó las de los alrededores. Eso ya fue bastante raro y sospechoso a decir verdad.

Las paredes del cuarto sucias, la silla del cuarto partida, la cocina seudo limpia, y digo seudo porque cosas tan básicas como el microondas, la tostadora de pan y el lugar donde se escurren los platos no se ven nada bien, ¿Ustedes cocinarían ahí o meterían sus panes ahí? No lo creo.

Tostadora de pan en Kuala Lumpur
Tostadora de pan
Escurridor de platos y otros enseres
Microondas sucio

¿Por qué no simplemente me fui de aquí y me cambié de hospedaje? Simple y sencillo, no tengo tanto dinero para hacer esa clase de cambios a ultimo momento, de hecho por eso fue que me vine a Kuala Lumpur en primer lugar, porque esta en un país relativamente barato en su costo de vida. Yo viajo lento y soy low cost travel (una viajera de bajo presupuesto). Esto me permite viajar por más tiempo y a más lugares. Esto significa que siempre planifico mis estadías con 3 meses de anticipación para conseguir los hospedajes al mejor precio. Por eso no me voy, porque la mayoría de mi presupuesto esta invertido en reservas de hospedaje y próximos vuelos hasta junio de este año.

Sorpresas y más sorpresas

No obstante de que el clima en Kuala Lumpur supera los 30 °C, y acababa de llegar de Incheon, Corea del Sur en donde estuve a temperaturas bastante bajas por 3 meses, descubrí que en el hospedaje la hora de uso del aire acondicionado se pagaba aparte, teniendo este un costo de 0,90 centavos por hora, pues tiene un medidor. Mi mente se saturó, quería llorar pero me aguante, lo cual me produjo un dolor de cabeza horrible. -Esta bien, hoy no es un buen día, pensé.

Más tarde cuando me dispuse a hacer comida, mi cena, me encuentro con la sorpresa de que no hay utensilios de cocina, que debo comprarlos. ¿WTH? El anuncio dice: «Puede hacer uso de la cocina», pero aquí me entero de que para cocinar yo debo comprar mis ollas y platos, ¿qué sentido tiene eso? Sinceramente me sentí en la mierda, me disculpan el francés. En mi cabeza solo pensaba “¿en que falle al hacer esta reserva?”.

Tuve que amasar la masa (para hacer arepas) en una tacita marrón que me traje de Corea y hacer las arepas en el sartén de otro huésped que muy amablemente al verme en la mala situación, me ofreció el suyo y también me regalo un poco de aceite y sal. Por cierto, este huésped me recuerda demasiado a Joe, el de la serie de Netflix que se llama You, que ahora que lo pienso no debí aceptarle el sartén, esa serie me hace desconfiar la gente. Mas adelante les hablo de él, es que no me da buena espina.

Sartén y aceite del otro huésped

Al final pude cocinar y comer, pero créanme, fue desagradable. Nadie quiere cocinar en una cocina sucia, o al menos no en la suciedad de alguien más. Cociné y comí porque era eso o acostarme a dormir con hambre y dolor de cabeza de tanto estrés. El calvario parece haber terminado aquí, pero no, al irme a dormir nos percatamos de que había un fuerte olor a humo de cigarro en el cuarto, supongo que el huésped anterior fumaba encerrado y las cortinas se impregnaron del humo, pero como ven aquí la higiene de este Airbnb no es una prioridad.

Fue un día muy difícil, la gente cree que viajar por el mundo es todo lo bonito de las redes sociales y no, no es así. También hay bajones horribles, como este, porque para una persona como yo que trabaja desde casa, que cocina en casa para ahorrar en el viaje, que necesita comodidad para ser productivo, esta serie de acontecimientos rompen con el curso de la buena energía.

Mañana les cuento, cómo sigue mi siguiente día. Cualquier excusa es buena para ejercitar la escritura.